miércoles, 16 de septiembre de 2009

Uno de los nuestros

A través de Luis Rull, uno de los dos socios del proyecto mecus.es, hemos llegado al blog de José Cabrera, atraídos por el título de la entrada Explorando el ADN de las organizaciones 2.0 ¿Cambiar un poco para cambiarlo todo?, que os recomendamos que leáis todos los que forméis parte de alguna organización, institución, administración pública, empresa o partida guerrillera.

La entrada nos llega justo en el momento en el que hemos sabido que en una ONG muy próxima ha prescindido de algunas personas que trabajaban en ella, con un altísimo nivel de implicación (subrayo lo de altísimo), porque no han aceptado las nuevas condiciones laborales de sus contratos, que venían a ser más o menos "no hay dinero para más, así que confiamos en contar con tu trabajo sin horarios por media jornada".

La verdad es que parte del artículo de José Cabrera no es novedosa, aunque la síntesis y el tratamiento sí lo sean, pero parece que hay que seguir recordando algunos puntos del decálogo que nos propone... y la apuesta por centrar la organización en las personas es tan obvia que no podemos evitar enfadarnos cada vez que nos enteramos de algún caso de estos.

Pero claro, la conversación sigue y van saliendo las decepciones de muchos años de trabajo, cuando nos cuentan que siempre se han mantenido principios como "aquí se hacen las cosas así", "esto se hace así porque lo digo yo" o "sólo se da la información que es imprescindible conocer". Parece que el decálogo no es tan obvio.

Eso sí, ¿cómo hacerselo entender a gente que, pese a sus actos, consideran que su organización se basa en potenciar a sus trabajadores, en la participación, el diálogo, la apertura, la innovación...? Realmente, no hay más ciego que quien no quiere ver, y eso deja el camino lleno de gente que se ha ido desencantando de la intervención social, la cooperación, el ecologismo y la solidaridad por cómo les han tratado algunos talibanes del sector.

Ojalá podamos tenderles una mano para que se levanten y vuelvan al camino.

No hay comentarios: